viernes, 25 de junio de 2010

Respuesta a Fernando Belaunzarán a propósito de "los pragmáticos de la pureza"

Miércoles, 17 de febrero de 2010
En un artículo reciente (http://www.facebook.com/notes/fernando-belaunzaran-mendez/los-pragmaticos-de-la-pureza/350534579147) Fernando Belaunzarán lanza una serie de ideas tendientes a justificar, en el ámbito de lo que llama “política situacional”, las alianzas partidistas (PAN-PRD) en algunos estados de la república. Mediando la justificación, Fernando nos presenta una formulación crítica de la posición de todos aquellos que define como “los pragmáticos de la pureza”. ¿Quiénes son estos pragmáticos de la pureza? Pues todos aquellos que apelando a principios y valores ético/políticos niegan la posibilidad de que proyectos francamente opuestos puedan aliarse y sacar de allí algo positivo.

Ahora, ¿qué es la política situacional? Es el sometimiento del proyecto político a la “política real”, es decir: hacer política en función de “lo posible” haciendo abstracción de lo fundamental de un proyecto político de izquierda que tiene como perspectiva hacer desde “lo posible” “lo imposible”, es decir: una perspectiva donde “lo posible” sea un límite en el “aquí y ahora” sin perder de vista nunca lo “imposible/posible” (después detallo esto).

Bien. Lo que dice Fernando de algún modo tiene sentido. Si bien la construcción de la alternatividad al capitalismo (lo imposible/posible imposible en el aquí y el ahora) siempre debe estar en miras de cualquier proyecto de izquierda, también es cierto que debe hacerlo con las reglas que regulan el juego (lo posible como límite). En este caso y por el momento, a la izquierda, frente a la “imposibilidad” “aquí y ahora” de lograr la materialización de la alternatividad, es decir: ante la imposibilidad de “por el momento” relacionar lo que capitalismo ha sido desvinculado (los ámbitos ético/político y económico [despolitizado y despolitizante]), lo único que le queda es la “asunción provisional” del proyecto político que le es más próximo: el de la democracia liberal. Esta asunción provisional tiene así un doble horizonte: en primer lugar, ab-usando del centro moral del liberalismo (el individuo) ampliar derechos a grupos sociales que por cuestiones morales han quedado excluidas del pacto político; en segundo lugar (resistiendo el liberalismo económico despolitizado y despolitizante) ganar derechos económicos; lograr mejoras en las condiciones de trabajo y salariales que se traduzcan en la dignificación de la vida concreta de las personas. Ahí, claro está, se atraviesan problemas de tipo ético, eso que Fernando llama peyorativamente “principios”, que son los que viabilizan la práctica política.

Pero vamos. No quiero acusar a Fernando de carecer de principios. Lo que sí es que intentando partir de “principios materiales”: la vida de la gente (por ejemplo de Oaxaca) que se busca dignificar, paradójicamente no parte de un análisis de lo imposible/posible, sino del deseo (irracional y carente de sustento) de realizar lo imposible/imposible: que el PAN ceda en lo fundamental para lograr cosas en beneficio de la gente. Lo que quiero decir es que si bien la posibilidad de una apertura dialéctica a lo que es ideológica y radicalmente distinto no debe ser cancelada, lo posible como límite debe marcar pautas. Y la experiencia nos marca que el PAN nunca va a ceder en lo fundamental: el derecho a decidir de la mujer, el derecho de los homosexuales al matrimonio civil y a la adopción de niños, y la dignificación de la vida de las personas a partir del trabajo. Allí hay una ilusión en un sentido negativo donde lo imposible (que el PAN ceda) esté mediado por lo posible (aquella experiencia que me permita pensar que es una posibilidad que el PAN cambie).

Por ejemplo: recientemente los gobiernos panistas han estado metiendo recursos de inconstitucionalidad sobre lo legislado en relación con los matrimonios homosexuales y la adopción; y es evidente que lo que están haciendo muchos estados en materia de aborto tiene como misión declarar inconstitucional la legislación en el DF en esa materia. Esas son pautas reales; es allí donde debemos verificar si es posible ganar algo con esas alianzas.

Pero hay más. La cuestión es la siguiente: ¿qué tienes que ceder tú para que el PAN vaya en alianza contigo? Me parece que tales “principios materiales” (la vida de las personas) no son sino un recurso para justificar lo injustificable: pactar con uno para sacar a otro, aunque ese uno termine dejándome solo para pactar con ese otro lo que de hecho ya está pactando: reforma laboral, constitucionalidad del aborto, los matrimonios civiles entre homosexuales y la adopción de niños.

El problema es que la izquierda institucional en México ha abandonado con su política de alianzas esa posibilidad de hacer “verdadera política situacional”, es decir: una política para un contexto determinado pero con sentido. Esa es la “política situacional” a la que esta izquierda le da la espalda. Ya que han abandonado la resistencia en el plano económico porque allí nada se puede hacer (el PRD no quiere saber nada de sindicatos y se va con figuras abstractas y ambiguas como pueblo, nación, gente), salvo adoptar una posición nacionalista/populista, sólo queda la perspectiva política (reconocimiento y ampliación de derechos)que aunque no es poca cosa, sí resulta insuficiente por lo menos en un plano enunciativo.

Ahora, el verdadero problema es que con las alianzas la perspectiva política ha sido también abandonada porque una forma de política situacional (que el PRI no gane o sacarle de donde sigue ganando) así lo exige. No es sólo un problema de ideología, sino un problema de praxis política (es un pleonasmo; toda praxis es política, pero me gustaría enfatizar lo anterior en función de hacer política con sentido más allá de esa visión de política situacional). No se trata de “pureza”, si no de costos. Cuando llegue el momento de decidir qué hacer en cuanto a la ampliación de derechos necesarios que para los grupos conservadores son inadmisibles, ¿qué van a hacer? Ya lo vimos con AMLO: su miedo a perder votos pospuso temas como el aborto y el matrimonio civil entre homosexuales. Ante esa “política situacional”, ¿cuánto tiempo van a seguir posponiendo a nivel nacional ciertos temas? Esos son los principios. No importa si eres de la vieja o la nueva izquierda: eso es lo que vale y eso es lo que sacrifican/posponen. Le juegan al adivino y a la mera pretensión al decir que la alianza con el PAN implicaría ganar ciertas cosas para esos lugares donde las arman. Que digan qué cosas se ganan. Pero que lo hagan sin recurrir al lugar común de “sacar al PRI o evitar que gane”; sin convertirse en “adalides” de la democracia así en abstracto. Eso no puede ser el contenido fundamental. De lo contrario vacías el concepto, lo dejas hueco, sin significado. Porque fundamentalista es aquel que a fuerza de la repetición deja la idea reguladora de la acción sin nada; es aquel que repite democracia, democracia, democracia hasta que se convierte en mera palabra. Fundamentalista no es el que piensa cosas “pasadas de moda”, sino el que por “estar a la moda” pierde la reflexión y sigue palabras vacías.

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